viernes, 4 de mayo de 2012

Mi culo y la mente de algunos. Diferencias irreconciliables


Por Antonio Perdomo Rodríguez

Jorge Medina, uno de esos que ocupa un cargo importante en la secta católica, dijo que los homosexuales son como “un niño que nace sin un brazo” y que necesita asistencia. “Es una desgracia y hay que asistir a ese “niño” para que su limitación no le impida llevar una vida lo más común posible”, explicó a la revista “Caras”.1

Por su parte otro dirigente de esa secta dijo hace unos días “Las relaciones homosexuales son objetivamente desordenadas; esa es la doctrina católica y está expresada en el catecismo,”2. Eso sin mencionar las lindezas que de nosotras ha venido diciendo Juan Antonio Reig Pla o Benito Álvarez otras dos figuras dentro de la secta católica.

No pretendo hacer un resumen de tanto disparate vertido sobre las personas LGBTIQA (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans*, Intersex, Queer, Asexuales) , sería interminable y aburriría a quien tenga a bien leer estas líneas, lo cual no sería nada recomendable. Simplemente pretendo dejar claro porque mis diferencias con la secta católica y sus representantes son irreconciliables y ¿por qué?, pues simplemente porque me sale del culo. Me explico sin pedir disculpar por la vulgaridad.

Mi culo era mío al nacer, el heteropatriarcado  me lo arrebató e impuso la moral cristiana sobre él, como si se tratase de las políticas del partido popular mi culo fue privatizado por la heteronormatividad, por el sistema represor sexista, y quedó vetado al placer, a la estimulación, a mi culo se le impuso la heteronormatividad y la mononormatividad, alejándolo de toda estimulación posible y de cualquier placer carnal, y todo ello en nombre del amigo imaginario de la secta católica (su dios) y de la masculinidad hegemónica.

Mi culo fue destinado a la única función de cagar, mi culo era “unifuncional” , sólo servía “pá cagar pá fuera” esa era la función que se le había encomendado, sus expropiadores lo habían lobotomíazado, me habían quitado mi culo tragón, y me habían devuelto un culo cagador. Cuando en mis primeras confesiones al representante de la secta católica en mi pueblo le manifesté que cagar me daba placer, que si aguantaba un poco el moñigo, antes de que saliera, me daba gustito, que el mojón al salir de mi culo me estimulaba, pueden imaginar la reacción de aquel individuo con cara de pocos amigos y disfrazado de cuervo, con barriga cervecera pelo grasiento y manos sudorosas, al que además por la comisura de los labios le caía un hilito de saliva. No recuerdo cuantas letanías me mando repetir, se que fueron muchas, y muchas fueron también las amenazas con el infierno. Ahora resulta que no saben si las “maricas” vamos al infierno, (como si a mi culo le importara su infierno).

Volviendo a la funcionalidad de mi culo, años han pasado desde que estimulaba mi discapacitado y  tragón ano lobotomizado reteniendo el rolete que pretendía salir, no contaré el proceso pues sería interminable,  pero de eso ha pasado a meterse, dildos, zanahoraias, bubangos, pepinos, falos diversos, pollas tremendas, largas, cortas, gordas, delgadas, con venas, sin ellas, pollones descomunales, pollas pequeñas, cuquitas angelicales, pollas peludas, pollas depiladas, pollas negras, pollas blancas, en fin un largo etcétera, y todas ellas a cual más placentera. Así pues mi culo ahora funciona de manera diversa a la que el sistema le impuso, tengo por tanto, un culo con “diversidad funcional”, tengo un culo desviado, abyecto, disidente, desordenado, antisistema, un culo que no ha sido capaz o no ha querido adaptarse a la “norma”, un culo discapacitado por tanto, sí pero es mi culo, y en él entra lo que él quiere, y, “no hay que asistirlo para que su limitación no le impida llevar una vida lo más común posible” pues mi culo tiene vida propia, es libre.

Mis diferencias irreconciliables con los dirigentes de la secta católica radican justo ahí en la “diversidad funcional”, mi culo ha llegado a superar la lobotomía sistémica. Pero los representantes de la secta católica no son capaces de comprenderlo pues a ellos les ha pasado algo parecido pero no con sus culos, sino con sus mentes. Sus mentes han sido expropiadas han sido recetadas y adoctrinadas para ser incapaces de ver más allá de una doctrina rancia que apestan a machismo, a heteronormatividad, a sexismo, a monosexismo, a cisexismo, a represión, a sufrimiento, a estreñimiento, en fin a normatividad.

Yo he recuperado mi culo para el placer pero los dirigentes de la secta católica no han sabido recuperar sus mentes para la razón, y ser libres, y volar (como mi culo). Por eso mi culo disidente se caga en ellos, en su catecismo, en su infierno, en su LGBTIAQfobia. Mi culo con diversidad funcional está harto de que le intenten imponer una moral y una ética que no le pertenece, que no ha elegido, que pertenece a una secta de la que mi culo discapacitado supo escapar, o más bien lo lanzaron de una patada y ahora para que no vuele libre pretenden marginarlo y violentarlo, los culos libres y tragones incomodan. Pero mi culo resistirá pues mi culo es un culo fuerte, se ha hecho a sí mismo, y al final les salpicara.